Llega un momento en la vida que es normal cuestionarnos muchas cosas acerca de nosotros mismos. Por ejemplo nuestras creencias, nuestras decisiones, nuestras elecciones.

Cuando lo hice me di cuenta que había que echar un vistazo a mi programación. 

¿Qué es tu programación?

Es básicamente las cosas que repetiste la suficiente cantidad de veces en tu mente hasta que dejaron una huella neuronal. Si algo no está funcionando en tu vida en este momento, te pido que revises tu programación. Tal vez ahí está la respuesta.

Cada vez que te repites algo, tu cerebro se programa. Y resulta que en nuestra infancia todos programaron nuestro cerebro menos nosotros mismos.

Cuando llegamos a la edad adulta nadie nos ha enseñado el poder de la repetición en nuestra mente. Pensamos que es algún tipo de creencia loca, y en parte lo es ya que hay algunas personas que enseñan que si repites algo en tu mente, mágicamente estará en tu vida, y las cosas no funcionan así.

Pero si hay algo de verdad en esta afirmación. Y me permito usar la frase del más grande de todos: Muhammad Ali. Él dijo:

«Es la repetición de las afirmaciones lo que nos lleva a creer. Y una vez que esa creencias se convierte en una profunda convicción, las cosas comienzan a suceder.»

Hoy te invito a que revises qué cosas te has estado repitiendo que, sin darte cuenta, se ha convertido en parte de tu programación.

Lo que quiero decirte, es que tu propia programación ya está en tus manos, y no en las de alguien más. Asume esa responsabilidad.

Una buena manera de comenzar es esta: tómate algo en serio. Tú no puedes repetir algo en tu mente que no es importante para ti. Muhammad Ali decía: «Soy el más grande» una y otra vez. Y no solo es una repetición poderosa que le permitió entrenar para serlo, también reflejaba lo importante que era para él.

Recuerda que los pensamientos tienen dos formas y dos formas nada más: imágenes y palabras. Lo puedes comprobar, o ves imágenes o te dices palabras. Usemos eso a tu favor.

Hoy pregúntate ¿Qué es lo más importante para mí? Luego desarrolla una imagen nítida que represente eso que quieres y no veas otra cosa. Repite ese pensamiento en tu mente hasta que tu cerebro no sepa distinguir entre la «realidad» y lo que estás viendo con tu ojo mental. También crea una frase que puedas repetir una y otra vez que sea congruente con eso que quieres. Si la escribes y la lees diario le darás un impulso adicional.

Y por último, deja de repetir en tu cerebro imágenes y palabras de escenarios poco favorables para ti, porque eso también es programación cerebral.

Verás milagros.

Deseándote siempre plenitud, paz y crecimiento,

Paco Anguiano